Txopi aipatu zuen Irene Vallejo(r)en El infinito en un junco
El manejo de un rollo no se parece al de un libro de páginas. Al abrir un rollo, los ojos encontraban una hilera de columnas de texto, una detrás de otra, de izquierda a derecha, en la cara interior del papiro. A medida que avanzaba, el lector iba desenroscándolo con la mano derecha para acceder al texto nuevo, mientras con la mano izquierda enrollaba las columnas ya leídas. Un movimiento pausado, rítmico, interiorizado; un baile lento. Al terminar de leerse, el libro quedaba enrollado al revés, desde el final hacia el principio, y la cortesía exigía rebobinarlo —como las cintas casetes— para el próximo lector. La cerámica, las esculturas y los relieves representan a hombres y mujeres, atrapados por la lectura, reproduciendo esos gestos. Están de pie, o sentados con el libro en el regazo. Tienen ocupadas las dos manos; no pueden desplegar el rollo con solo una. Sus posturas, actitudes y gestos son distintos de los nuestros y al mismo tiempo los recuerdan: la espalda se comba ligeramente, el cuerpo se agazapa sobre las palabras, el lector se ausenta de su mundo por un momento y emprende un viaje, transportado por el movimiento lateral de sus pupilas.
— El infinito en un junco, Irene Vallejo (95. orria)
Aipu hau azal biguna duen formatuan 95. orrialdean agertzen da. Beste formatu batzuetan aipua beste orrialde batean dago.