"Pues claro. ¡¿qué pasa?! Hay que dar por el culo a todo el personal, a todo el que pillabas. Entre nosotros nos currábamos y es que era así. En todos los conciertos había hostias, te ponías de aquí, tirabas lapos, botellas, ¡arrrg, pim-pam! Venía uno y a hostias. Siempre había hostias en los conciertos de Miserables y de toda la peña a palos. Al final no sabías ni quién te había pegado ni hostias. (...) Nosotros íbamos a la bodeguilla, nos pillábamos la botella de mistela y nos cogíamos unos morones de la hostia. Y los Cariñena, vino blanco con martini, luego absenta y eso era la muerte. Así que veíamos enanitos en la nevera y demás. La cosa es que antes ibas a la farmacia y sacabas de todo. Nosotros probábamos de todo, sobre todo las pastillas sartania que eran para los locos. Mi colega Parra se las comió y empezó a ver enanitos cantando "¡ay-jo! ¡ay-jo!". La peña se mofaba de él, pero luego el otro veía una mosca enorme con el reflejo de la lámpara y a hostias con la lámpara y con todo. Los artanes creo que eran, la dexidrina, la espadillanes... Todo eso para adentro. ¡Es igual! Para estar a tope con todo. Yo salí corriendo con un colega por las calles porque pensábamos que los edificios se caían. La gente flipaba pero a tí te daba igual. Luego los tripis esos que salieron... ¡bufa! Aquello era mucho. Un colega nuestro dijo que se había muerto y la verdad es que acabó tumbado en un banco y toda la peña pegándole puñetazos a ver si despertaba y nada. Al de un rato volvió como si nada, dejó su cuerpo y volvió. Me acuerdo con el speed y la anfetamina, que acabamos en la playa, unos encima de un árbol con una bufanda en la cabeza y yo en la orilla y flipaba porque el mar me cantaba eso de "eguneeeero dena okerrago" de Hertzainak. Me cago en dios, ¡que me canta el mar, tío! (...) De la noche a la mañana entró el caballo y eso no se conocía. La farlopa sí pero eso no. Luego con el speed, que valía un talego el gramo y el caballo valía menos. Entonces, todo el mundo a caballo, al caballo... y a tomar por culo. (...) Venga, ¿acabamos ya o qué? Que tengo que pasear a mi perra. ¡Venga, me cago en dios!" (Fran, Miserables taldekua).