Uno pensará que esta novela es de ciencia-ficción, pero antes que nada es una novela de detectives, con un trasfondo futurista. Siglos después de los relatos de robots, la humanidad se ha dividido en dos: los terrícolas, de vida corta, hacinados en ciudades bajo cúpulas, sin apenas robots, y los espaciales, longevos, en mundos en los que los robots mejoran la vida de sus los escasos habitantes de los planetas exteriores. Se ha cometido un crimen en la ciudad espacial de la Tierra, que conecta ambos mundos, y un detective de la Tierra y otro de Aurora deben resolverlo.