Diego Delgado (e)k Elaine Vilar Madruga Vilar Madruga(r)en El cielo de la selva liburuaren kritika egin du (lava, #003)
El patriarcado y la maternidad, terror y crudeza
5 izar
Reseñar 'El cielo de la selva' es imposible. Es un libro sobre el que no vas a entender muchas cosas hasta que te adentres en él, y ni siquiera eso es garantía de comprensión total. Angustiante, oscuro, húmedo, opresivo, sangriento en ocasiones y crudo. Muy, muy crudo.
Vilar Madruga recurre al terror ambiental para retratar la violencia patriarcal, porque hacerlo desde el realismo hace tiempo que dejó de ser suficiente para abarcar sus dimensiones. La novela habla sobre cómo el sistema rompe a las mujeres desde dentro -siempre- y también a nivel físico, corporal -muchísimas veces, demasiadas-, pero sobre todo pone ante nosotras la dolorosa huella que deja en sus vidas y la crueldad con la que las responsabilizamos de su propia agonía. Para ello, utiliza la maternidad como instrumento narrativo, y lo hace con una maestría que pone los pelos de punta.
En 'El cielo de la selva' las …
Reseñar 'El cielo de la selva' es imposible. Es un libro sobre el que no vas a entender muchas cosas hasta que te adentres en él, y ni siquiera eso es garantía de comprensión total. Angustiante, oscuro, húmedo, opresivo, sangriento en ocasiones y crudo. Muy, muy crudo.
Vilar Madruga recurre al terror ambiental para retratar la violencia patriarcal, porque hacerlo desde el realismo hace tiempo que dejó de ser suficiente para abarcar sus dimensiones. La novela habla sobre cómo el sistema rompe a las mujeres desde dentro -siempre- y también a nivel físico, corporal -muchísimas veces, demasiadas-, pero sobre todo pone ante nosotras la dolorosa huella que deja en sus vidas y la crueldad con la que las responsabilizamos de su propia agonía. Para ello, utiliza la maternidad como instrumento narrativo, y lo hace con una maestría que pone los pelos de punta.
En 'El cielo de la selva' las "malas madres" no están estigmatizadas, sino todo lo contrario. Su comportamiento se presenta como parte de una herida ejercida por la estructura patriarcal -por los hombres, no quiero refugiarme en lo abstracto de los conceptos teóricos-, y no como una decisión reprochable. Así, la crudeza de la autora es sinónimo de honestidad y de empatía, es una crudeza radicalmente alejada del morbo que, en su lugar, genera una conexión sentimental con vidas marginalizadas al extremo.