Rafa Poverello (e)k Leo Tolstoy(r)en Guerra Y Paz liburuaren kritika egin du
Magistral (y puede que insufrible)
Sencillamente magistral. Aunque sin lugar a dudas me parece un techo literario de una magnitud difícil de abarcar (la obra de años de estudio concienzudo y metódico) comprendo más que perfectamente algunas de las apostillas de quienes la ven imposible y que pueden hacer poco disfrutable la novela de Tolstói y que mucho tienen que ver con su densidad, debido principalmente a los soliloquios discursivos y sus extensas digresiones históricas (imprescindibles ambas, según mi humilde opinión para entender la amplitud de miras del autor). Por ser lo más pragmático posible diría que, si queremos atenernos a la “historia” en sí, pues en 500 paginillas “de nada” estaría despachada (como hace una despiadada edición de la editorial Juventud y que tuve la desgracia de comenzar a leer, lo que multiplicó hasta casi infinito mi tardanza en la lectura de la obra cuando retomé una edición seria).
Se habla del desprecio que …
Sencillamente magistral. Aunque sin lugar a dudas me parece un techo literario de una magnitud difícil de abarcar (la obra de años de estudio concienzudo y metódico) comprendo más que perfectamente algunas de las apostillas de quienes la ven imposible y que pueden hacer poco disfrutable la novela de Tolstói y que mucho tienen que ver con su densidad, debido principalmente a los soliloquios discursivos y sus extensas digresiones históricas (imprescindibles ambas, según mi humilde opinión para entender la amplitud de miras del autor). Por ser lo más pragmático posible diría que, si queremos atenernos a la “historia” en sí, pues en 500 paginillas “de nada” estaría despachada (como hace una despiadada edición de la editorial Juventud y que tuve la desgracia de comenzar a leer, lo que multiplicó hasta casi infinito mi tardanza en la lectura de la obra cuando retomé una edición seria).
Se habla del desprecio que Tolstói sentía por esta obra y, conociendo lo exagerado y radical de sus planteamientos tras retirarse a su granja, renunciar a todo contacto con la sociedad rusa de su tiempo y que incluso se negó a volver a escribir novelas tras “Resurrección”, parece evidente que este hecho se deba a temas ideológicos más que literarios. Aunque el rechazo frontal a la guerra (el realismo de las escenas y la crudeza de las muertes de algunos de los protagonistas como fruto del combate o de ser prisioneros) y a sus consecuencias es muy claro en Guerra y paz (“si todos hicieran la guerra por convicción no habría guerra”, suelta el príncipe Andrei al poco de comenzar la novela), no es menos cierto su estilo patriótico y épico, así como la normalización del clasismo a la hora de entender y hablar de los mujiks y su relación con la nobleza (la vida diaria de Nikolai en Lisie-Gori es particularmente sintomática en este sentido a pesar de las sutiles contravenciones de Maria). Todo ello hace que el enfoque de denuncia, tanto del estado y sus estructuras como de la religión y las injusticias cometidas contra los mujiks, hagan de Resurrección casi una carta de perdón de su autor por la ideología que transmite Tolstói en Guerra y paz.
El carácter histórico de la novela, del que tanto se habla y que puede suponer un lastre en su lectura programada, es exquisito y de una reflexión, método y carácter filosófico y místico sobre la naturaleza humana que transgrede todo límite. Sea más en una línea de denuncia y falta de comprensión, como la comentada Resurrección o Los hermanos Karamazov de Dostoievski, o como una mística o manera de comprender y afrontar la realidad, tanto en la obra que nos ocupa como en los cuentos de Chéjov.
Imprescindible. Y me quedo con Maria, si es que se puede uno quedar sólo con uno...