Librero por herencia genética y por vocación. En el año 2008 se conectó a la Máquina y muy pronto comenzó a notar un progresivo deterioro de sus facultades mentales. Al observar que el fenómeno no solo le afectaba a él, sino que presentaba todas las características de una epidemia, decidió iniciar una cruzada a favor de la desconexión cuya primera fase culmina con la publicación de estas páginas. El escaso tiempo libre que le deja el ejercicio de tan titánica tarea lo dedica íntegramente a sus dos grandes amores: su familia y los libros.
— extracto de la reseña de Sal de la Máquina en Libros en Acción