Azal biguna, 80 orrialde
Spanish hizkuntza
2008ko eka. 1a(e)an Doedytores(e)n argitaratua.
Azal biguna, 80 orrialde
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2008ko eka. 1a(e)an Doedytores(e)n argitaratua.
Publicada por la editorial Jorge Alvarez en 1968, Vida del Che iba a contar, en principio, con dos historietas separadas; una dibujada por Alberto Breccia y otra por Enrique Breccia. Los guiones de Oesterheld mostraban claramente las dos facetas del Che, la del hombre (Alberto) y la del mito revolucionario (Enrique). Y lo hacía desde la propia estructura discursiva, escogiendo un narrador en tercera persona para los años formacionales que comenzaban en Rosario y se detenían en el Congo, tras pasar por la Sierra Maestra; y abrazando la primera persona para el fatal destino boliviano y su salto sin red a la eternidad. Un texto mucho más moroso y cargado de detalles en la primera instancia, que dejaba paso al libre fluir de la conciencia del Che, en el último tramo. Un recurso creativo que le premitía ir metiendo al lector en la piel y las tripas de Guevara, yendo …
Publicada por la editorial Jorge Alvarez en 1968, Vida del Che iba a contar, en principio, con dos historietas separadas; una dibujada por Alberto Breccia y otra por Enrique Breccia. Los guiones de Oesterheld mostraban claramente las dos facetas del Che, la del hombre (Alberto) y la del mito revolucionario (Enrique). Y lo hacía desde la propia estructura discursiva, escogiendo un narrador en tercera persona para los años formacionales que comenzaban en Rosario y se detenían en el Congo, tras pasar por la Sierra Maestra; y abrazando la primera persona para el fatal destino boliviano y su salto sin red a la eternidad. Un texto mucho más moroso y cargado de detalles en la primera instancia, que dejaba paso al libre fluir de la conciencia del Che, en el último tramo. Un recurso creativo que le premitía ir metiendo al lector en la piel y las tripas de Guevara, yendo de la razón al sentimiento, del dicho al hecho. La pasión según el Che, apelando a la clásica metáfora cristiana de sacrificio personal en pos del biniestar general. O el paso del hombre al Hombre Nuevo.
"En aquella época, el Che aún no tenía la categoría de figura mítica que tiene hoy. Entendiendo por mítica a esa figura congelada (y por lo tanto inofensiva) en que lo transformaron los dos actores que en ese entonces se disputaban la hegemonía del poder mundial: La Unión Soviética y los EE.UU. En la Argentina, las ideas de Guevara eran como un imán para la juventud. Aquí se vivía días de mucho ajetreo político e ideológico, que recuerdo como momentos de debate intenso y enriquecedor."
Enrique Breccia